Para el Sr. selfie, cada op es una foto–op, siempre y cuando él esté delante de la lente. ¡Y también detrás! Corre riesgo en su trabajo haciéndose autofotos en el trabajo. Arriesga su vida haciendo selfies en el zoológico. Y cada vez que se siente romántico, saca su palo selfie y la manda a esa persona especial: él mismo. ¿Conoces a alguien así?
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