Perry el Playmaker siempre ha sido de los Tigres – hasta que el super-alto y ultra-talentoso Jason se une al equipo. Darle el balón a Jason es una garantía de dos puntos, pero Perry se niega a jugar limpio. En su lugar, acapara la pelota y toma malos tiros, arruinando el ritmo del equipo. El egoísmo de Perry estropea la carrera de los Tigres en el campeonato estatal. ¿Podrán solucionarlo?
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